Continuamos el legado de San Marcelino, que nos enseñó que “el espíritu de una escuela marista es el espíritu de familia”, compartiendo dentro y fuera de las aulas.
En equipos eligieron uno de los capítulos y elaboraron un guión sobre el mismo, para finalmente representarlo teatralmente en frente de sus compañeros.
Este espacio también fue una oportunidad para reconocer a los colaboradores que destacaron en su labor y agradecer por nuestra vocación y nuestro servicio en una obra maravillosa, en la cual tenemos la oportunidad de evangelizar y educar.
Arte y cultura: un espacio para aprender a expresarnos
Cultivando sus habilidades a través de la danza, teatro, música y artes visuales.