Todo el colegio, en un emotivo momento, se despidió de la promoción IV “Un corazón sin fronteras”. Ellos se despidieron de su alma mater. Le queda los recuerdos vividos, las experiencias ganadas, los valores Maristas aprendidos. No es un adiós, es un hasta pronto, ya que esta será siempre su casa… Que Jesús y María iluminen su caminar y, a ejemplo de Marcelino, sean mejores cristianos y prósperos ciudadanos…
Autor: Jorge Orejuela