Mayo 2022
Por: Sara Sánchez
En presencia de los hermanos de la comunidad, el 18 de mayo de 1840, el padre Champagnat hizo leer su Testamento Espiritual. Con palabras llenas de afecto expresa sus últimos deseos para la vida y la misión de los Hermanitos de María.
Todos los maristas acogemos estas palabras para hacerla vida en las realidades donde nos encontramos. He aquí un extracto:
Les ruego, muy queridos Hermanos, con todo el cariño de mi alma y por el que ustedes me profesan, que se comporten de tal modo que la caridad reine siempre entre ustedes. Ámense unos a otros como Cristo les ha amado. No haya entre ustedes sino un solo corazón y un mismo espíritu. Ojalá se pueda afirmar de los Hermanitos de María lo que se decía de los primeros cristianos: ¡Miren como se aman!…
Que la sola gloria de Dios y el honor de María sean su único fin y toda su ambición.
Perseveren fielmente en el santo ejercicio de la presencia de Dios.
Que la humildad y la sencillez sean siempre la característica de los Hermanitos de María.
Que una tierna y filial devoción a nuestra buena Madre les anime en todo tiempo y circunstancia. Háganla amar por todos cuanto les sea posible.
Dígnese esta buena Madre conservarles, multiplicarles y santificarles.
Que la gracia de Nuestro Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunicación del Espíritu Santo estén siempre con ustedes. Los dejo a todos, confiadamente en los santos Corazones de Jesús y de María, hasta que tengamos la dicha de reunirnos juntos en la eterna bienaventuranza.
Esta es mi última y expresa voluntad, para gloria de Jesús y de María