Constructores de puentes y humanidad

Share on facebook
Share on twitter
Share on linkedin
Share on pinterest
Share on whatsapp
Share on email

Iniciamos el presente año animados por el lema “Maristas constructores de puentes y humanidad”, que nos invitaba a ser audaces y creativos para tender nuevos puentes, y fortalecer los ya existentes, para atender las necesidades de nuestras comunidades, así como a afinar la mirada y el corazón, como María.

Inesperadamente, nos vimos inmersos en una realidad que nos hizo replantear proyectos, programaciones, formas de desarrollar nuestra misión. A mediados de marzo se inició el tiempo de cuarentena; emprendimos, entonces, un arduo trabajo para dar respuestas que nos permitan continuar con nuestra misión marista en un escenario nuevo, incierto e impredecible, considerando, además, la realidad diversa de nuestras obras. Fueron semanas intensas de diseñar estrategias y capacitar a los docentes a la vez que atendíamos a nuestros estudiantes.

Desde los equipos de animación del Sector impulsamos un trabajo colaborativo intenso con los equipos directivos de los colegios, a fin de adecuar las actividades y procesos a la virtualidad.

Nuestros esfuerzos se orientaron a la atención de los miembros de nuestras comunidades: los estudiantes y sus familias y nuestros colaboradores, procurando brindarles soporte y ayuda en la medida de nuestras posibilidades, especialmente a quienes se han visto afectados por esta pandemia.

Un trabajo importante fue la adecuación de la Propuesta Educativa 2020 de cada colegio a las normas dadas por el Ministerio de Educación, así como la elaboración de los Lineamientos de Educación a Distancia para todos los colegios maristas.

Hemos ofrecido becas temporales y facilidades de pago a las familias que lo requerían; nuestro deseo es mantener a nuestros estudiantes.

Con el objetivo de atender a los estudiantes de las promociones para que concluyan satisfactoriamente este año en el que tenían muchas expectativas, conformamos un equipo que coordine experiencias maristas significativas para ellos.

Las actividades pastorales de Semana Santa, Mes de María y Champagnat se adaptaron a la virtualidad; en las obras se propician encuentros de oración y eucaristías, espacios muy apreciados por las familias.

Desde el ámbito espiritual y carismático estamos acompañando a los directivos de las obras; a los colaboradores les brindamos instancias virtuales de formación marista, y talleres de crecimiento espiritual.

Con ilusión hemos iniciado un programa de formación de agentes de pastoral de las obras.

La Universidad Marcelino Champagnat ha continuado con sus actividades adecuando clases y procesos de acompañamiento a los estudiantes a la virtualidad; se ha elaborado el protocolo de sustentación virtual y se han habilitado los trámites para que los estudiantes soliciten y reciban los grados académicos y títulos de manera no presencial.

La Casa Hogar de Puerto Maldonado no ha recibido a los adolescentes que habitualmente acoge, actualmente están con sus familias, en su mayoría, lejos de la ciudad y con limitaciones en el acceso a los medios de comunicación. La comunidad apoya en otros proyectos pastorales de la zona.

Han sido meses de trabajo intenso y grandes aprendizajes, en los que no pocas veces hemos andado a tientas en un escenario cambiante; la virtualidad nos ha permitido tender puentes para estar cercanos a nuestros estudiantes, sus familias, nuestros colaboradores y la comunidad en general. Este tiempo nos ha desafiado a ser audaces y creativos para adaptarnos a la realidad, intensificar nuestro trabajo en equipo, fortalecer vínculos y orar en comunidad. Ha sido un tiempo de trabajar mucho y confiar en Dios y pedirle a María que siga sosteniendo su obra.

Nos sentimos invitados a reflexionar sobre lo esencial de nuestra misión marista y las formas de llevarla a cabo en este nuevo escenario. Desde la experiencia de este año, y aprendiendo de nuestros errores, vamos soñando y proyectando con ilusión un 2021.

fuente: Boletín Provincial. Chile, Bolivia, Perú. Agosto 2020. Edición número 1. p. 10