La aparición del Coronavirus en nuestro país, modificó nuestras vidas, el trabajo, los colegios y toda la dinámica que hasta ese momento vivíamos. Las comunidades escolares modificaron drásticamente sus rutinas diarias y de un día para otro la angustia y la incertidumbre nos invadió.
Desde el día 16 de marzo los colegios debieron suspender sus clases, cerrar sus puertas y comenzar a pensar rápidamente en cómo continuar adelante con el proceso educativo. Reconocemos que lo que pensamos sería un par de semanas, se convirtió en meses de mucho trabajo, de reinventar la forma de conectarnos, de buscar nuevas formas de comunicación con los estudiantes y de lidiar con una serie de problemas que las circunstancias han traído. Sopesar la dimensión de esta pandemia nos permitió proyectar el trabajo que se necesitaba animar.
Quizá es mejor mirar este momento de nuestras vidas como una oportunidad, pues a pesar de todo lo que ha ocurrido los educadores, los equipos de gestión de los colegios y la animación sectorial, han sacado lo mejor de cada uno, con dificultad en los prime- ros momentos, aprendiendo rápidamente de la tecnología y de los recursos que se encontraban a disposición de nosotros para poder funcionar. Quizá no podemos hablar de clases a distancia o clases online, tal vez es la mejor respuesta que hemos podido dar en un tiempo de crisis para poder dar continuidad al proceso educativo.
Pasada la primera etapa de incertidumbre, se comenzaron a activar diferentes procesos al interior de los colegios, adaptar la forma de conectarse con los estudiantes, como Sector Chile se hizo la opción de la plataforma MEET de la Suite que ofrece Google, comenzando con un proceso de capacitación para poder manejar de mejor forma las tecnologías, los profesores aprendieron a usar Classroom y los estudiantes se conectaron en un alto porcentaje sobre todo en los colegios particulares. En las obras subvencionadas en las cuales los alumnos no tenían mayor conectividad, se hacen las gestiones para entregar 3000 BAM a estudiantes de mayor vulnerabilidad así como a los educadores que no contaban con conexión a internet.
fuente: Boletín Provincial. Chile, Bolivia, Perú. Agosto 2020. Edición número 1. p. 8