Pidió ir de misionero a Argelia y los superiores lo autorizaron. Aquel 8 de mayo de 1994 se encontraba trabajando en la biblioteca, que estaba al servicio de los estudiantes más necesitados.
Cuenta una testigo: “Tres jóvenes terroristas irrumpieron después del mediodía en la biblioteca. Un centenar de jóvenes, muchachas la mayoría, se encontraban trabajando en los quince locales que servían de salas de consulta y de estudio. Hacia las 13.50 se oyeron dos disparos en el primer piso. Uno de ellos había matado a Henri Vergés en su despacho, y el otro fue dirigido contra la Hna. Paul-Hélène Saint Raymond, asuncionista, que trabajaba también en la biblioteca”.
Que la alegría pacífica y sencilla que él manifestaba,
fruto de su sencillez de vida
y de su proximidad a María,
viva en nosotros y lleve hacia tu Iglesia
a los que pones en nuestro camino.